San José de la Montaña

El Santuario de San José de la Montaña es un lugar precioso de Barcelona, está cerca del parque Güell y se respira paz, tranquilidad. Siempre que puedo subo y bajo con el coche de San Fernando "un ratito a pie y otro andando". La fecha en la que no me gusta faltar es en el día de San José.
Mi madre tenía mucha devoción a San José, me enseñó a hacer los siete domingos.
Una profesora de música del Instituto Maragall, la Sra. Murio, nos decía que debíamos reazarle que nos tocaría con la mano unos golpecitos en nuestra cabecera de la cama para avisarnos de que nuestra muerte estaba próxima a llegar y así podernos preparar.
¡Ay! qué miedo me daba. Yo seguía rezando pero le decía que no me avisara.
Este Santuario está guardado por unas monjas y es también orfanato de niños sin padres o con graves problemas de recursos económicos, ahora los niños y niñas se integran en las escuelas del barrio pero ese día aunque no sea fiesta, dejan de ir al colegio y asisten a la misa que se realiza en la plaza.
He visto muchas veces ex alumnos que han venido con sus familias e hijos a saludar a las monjas, -como madres-sustitutas, me emocionaba verlos abrazarlas, mientras yo amamantaba a unos de mis hijos en una pequeña salita, y ellos no podían gozar de ese lazo maternal.
Se habla muchas veces mal de las monjas, pero las hay muy buenas, como madres también las hay.
Sigo la tradición este día de comer crema catalana e intentar hacer un poco de extra en la comida para resaltar la fiesta.
Se celebra dicho día también el día del padre. A mi padre le regalaba pequeñas cosas que le llenaban de alegría el corazón.
En los años que era fiesta visitaba a los amigos y familiares que llevaban este dulce nombre, ahora los llamo por teléfono aunque desgraciadamente van faltando algunos.
Mi suegro se llamaba José, un cuñado y el padre de mi madrina, estos fallecidos y sólo quedan un sobrino Josepet, el marido y el hijo de mi madrina, y el marido de mi prima Mila.
Bueno yo también me llamo Josefa como segundo nombre porque una hermana de mi madre falleció y mi madre quiso recordarla, y así figura el recibo que pago de la funeraría en la que mi padres me apuntaron.
¡Que San José nos guarde a todos!