uyuyuy Mi gato

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jueves, 29 de mayo de 2008

El teatro

Me gusta el teatro. Pero el clásico, no me gusta la coreografía moderna. No he asistido a muchas representaciones, quizás me sobren dedos de mis manos para contar las veces que he asistido a una representación. Aquí en Barcelona recuerdo haber visto Don Juan Tenorio, en el Romea, lugar clásico de representación, no recuerdo quienes la interpretaban, quizás Ulloa, o Mario Cabré. Fuimos a ver a Mari Carrillo en el Barcelona, que estaba al principio de la Rambla Catalunya junto a la Plaza Cataluña, me gustó mucho la comedía que representaba, no recuerdo el nombre, también vi a Paco Martínez Soria, que era el favorito de mis padres, fuimos al Talia que era de su propiedad y que estaba en Borrell con Paralelo. Con mi amiga Neus Sòria fuimos a ver Marat Sade que lo interpretaba Adolfo Marsillach en el Poliorama pero a mí no me gustó, no lo entendí. Ya de maestra llevé a las señoras a ver una comedia en la que salía Rafaela Aparicio y me gustó bastante , no recuerdo el nombre , fue en el Goya y ahora he visto la mejor obra, interpretada por mi hijo Óscar, Pel davant i pel darrere. Está aprendiendo pero podría llegar si quiere a ser todo un artista.
Yo he intervenido en muchas obras teatrales en la escuela haciendo pequeños papeles, pero siempre los hacía por obligación no por devoción. A mí me hubiera gustado ser locutora, creo que si hubiera asistido a clases de dicción, para modular mi voz hubiera podido trabajar, pues antes no se necesitaba hacer periodismo. Una frustración, pero que no pasa nada. ¡Adelante, a todos los que os gusta el teatro!

lunes, 19 de mayo de 2008

domingo, 11 de mayo de 2008

Mis diversiones




Cuando era pequeña, salía siempre con mis padres a pasear y a visitar a mis tíos que vivían en la calle Rocafort, o a casa de D. Rafael, un inspector de enseñanza que era valenciano y con su esposa charlaban toda la tarde, o a casa de la tía Leonor que vivía cerca del teatro Romea, y tenía tres hijos, el mayor Alfredo Ángel era de la edad de mi hermano más o menos y el segundo Manolín de mi edad, y después Santi que era el pequeño, yo lo pasaba muy bien porque tenía una terraza muy grande y jugábamos. Si podía me iba a casa de mi madrina y charlaba con Josep su marido que fumaba un puro asomado a la calle y escuchando el partido de fútbol, si nos íbamos, mi madre se asomaba al balcón y me llamaba.
Muchas veces me llevaban al zoo y disfrutaba mucho, también a montar en unos trciciclos y bicicletas que habían en el arco de Triunfo.
Mi madre nos llevaba junto al palacio de los deportes a una plazoleta que había para patinar. A mí se me hacía larguísimo.
También iba yo a jugar a la plaza Castilla, por entonces había tobogán, y columpios, muchas veces iba sola, y por suerte no me pasó nunca nada, pues más de una vez me quedaba sola, ya no había nadie en la plaza y como mi padre llegaba muy tarde, pues me entretenía ahí.

Los sábados solíamo ir al cine por la noche con mis padres. Los cines a los que solíamo ir eran los del barrio: El Goya (hoy teatro), el Rondas (junto a la Riera),
el Céntrico ( ahora hay una editorial 62), el Central (junto a la Universidad),
el Dorado (hoy Doreé) el Florida, el Excelsior (en la esquina de Villarroel tocando Escribá) también al Novedades, cuando hacían alguna buena película, además ahí trabajaba un sobrino primo de mi padre que era mecánico dentista y hacía de acomodador así que alguna vez nos había acomodado en planta baja aún habiendo comprado entrada del gallinero.
A mí me gustaba ir los sábados por la tarde al cine del Carmen, era el centro recreativo de la iglesia del Carmen, nos hacían una película y nos hacían cantar canciones, recuerdo que nos íbamos las amigas de la calle,Ana Mª, Mª Tere y yo y hacíamos una larga cola.
Algunos domingos mi hermano me llevaba a la Sala Mozart que estaba delante del instituto Milà i Fontanals en la plaza Villa de Madrid. Mi hermano me decía la película que hacián y si me gustaba pues conquistaba a mi padre para que nos dejara ir. Ahí también era para niños. Nos hacían payasos, nos hacían cantar, hacían concursos de dibujos y yo pintarrajeaba una hoja con la ilusión de que dijeran mi nombre, creo que me dieron unos cuentos como premio. Pasábamos una tarde completa.
Cuando inauguraron el Cinerama aunque no hacían películas sólo reportajes pues también fuimos a ver esta novedad.
En las galerías universidad, cerca de donde os comprábamos los zapatos en Cadira había también una sala que proyectaban películas de Charlot, cine mudo y eran gratuitas, así que si podía también me colaba par ver, aunque a mí no me gustaba el cine mudo.
En le pueblo de mi madre me gustaba el cine de verano, que se hacía en la calle donde vivíamos,y en cas se guardaban las sillas, los banquitos y la pantalla, yo ayudaba a montar las sillas tanto para sacarlas como para recogerlas, pues había que cerrar la casa y me caía de sueño así que les ayudaba, no tenía pereza, no me lo tenían que decir dos veces, ahí no tenía que sacar la entrada, me lo pasaba muy bien con mis amigas, alguna vez las había colado si se quedaban en casa a cenar.

En el pueblo de mi padre también había cine de verano, y habían dos, así que un día íbamos a uno y otro día al otro, uno recuerdo que se llamaba el Borreguero, mis padres no solían venir, nos esperaban mientras tomaban el fresco hablando con sus primos y amigos que venían a saludarles.

Cuando ya tenía catorce años, salía con una chica que se llamaba Pilar Gargallo y vivía en la calle St. Antonio Abad, entonces ella iba a un bar que estaba enfrente de su casa y había una tele, y veíamos el programa de Herta Frankel y nos tomábamos una cocacola, total toda la tarde la pasábamos ahí.

Luego un poco más mayor ya organizábamos fiestas para bailar y recaudar dinero para hacer el viaje de fin de curso.

lunes, 5 de mayo de 2008

El mes de mayo


Hoy voy a explicaros cómo recuerdo el mes de mayo. Cuando estábamos en la escuela parroquial de San Miguel de Cornellà de Ll., por la tarde rezábamos el rosario en las clases, mientras unas pasábamos "en limpio" los trabajos de la mañana, o pintábamos dibujos, poníamos títulos bonitos a las unidades didácticas o hacíamo labores: trapo de muestra de puntos, bolsas de pan, peinadores, tapetitos a puntos de cordoncillo y festón, etc. Íbamos al final del mes de mayo a una de las clases y recitábamos unas poesías relacionadas con el mes de mayo ante una imagen de la Virgen que estaba todo el mes rodeada de bellas flores que las niñas se ocupaban de renovar.

Mi tía Paquita estaba deseosa de marchar a Murla, para asistir al rosario y escuchar las bellas canciones. Tuve la suerte de acabar a mediados de mayo algunos años mientras hacía el bachillerato y de verdad que me encantaban lo cantos.También cuando mi madre ya estaba en Barcelona en la escuela de Sta. Dorotea, iba casi todas las tardes al rosario y de paso a ayudarle. El sacerdote era muy autoritario, a mí me daba más que respeto, miedo. Me gustaba ir porque coleccionaba las estampas que cada día del mes de mayo daba.Todos los años eran diferentes. No se me han olvidado las canciones que cantaba mi madr ahora las vuelvo a cantar en la capilla y recuerdo a mi madre. Parece que hoy se ha perdido, no hay aquella devoción pero espero que no se pierda.