¡España!

¡España!
Piel de toro que extendida
bajo el sol, de mar a mar
te supiste dilatar
a mar, y a sol sin medida.

Mira a tus plantas rendidas
las musas de este trovero
que para cantarte austero
de tus glorias el caudal
invica, ¡Patria inmortal!
tu sacro nombre primero.

¡Patria mía!¡Noble España!
Deja que mi voz levante.
Deja que mi lira cante
todo el grandor de tu hazaña.

Mi voz, se quiebra, se empaña
tus glorias al relatar,
que no te puedo negar al brindarte
mi canción, vaya en ella la emoción
que en mí, supiste forjar.

Dios que los reinos concede,
Dios que pone y quita reyes,
brazo armado de sus leyes
ente el mundo te hizo adrede.
¡Dichosos el país que puede
En un momento cualquiera!
decir siempre:
“Mi bandera demanda puestos de honor!
Pues para servir mejor
a Dios sirve la primera.

Y fuiste la primera en mieses
y primera en ricas vides,
primera en Quijotes y Cides.
No importaron los reveses
contra el hispánico acero.
Y si un nuevo turco fiero
produjera al mundo espanto
otro Don Juan de Lepanto
daría tu vientre austero.

En meridiano tu gloria
espada y cruz en la mano
diste al viejo rumbo hispano
destino solar de historia.
Y barrida toda la escoria
del predio de tu mojón
borrando el fatuo renglón
que Hércules grabó en tu orilla
lanzaste al mar vela y quilla
por Castilla y por León.

Llevaste tu noble enseña
por el mundo a empresas grandes.
Y en Francia, Italia, en Flandes
fuiste ayer señora y dueña.

Por ti Don Quijote aún sueña,
sueño de heroica locura.
y está a punto su armadura
por si algún encantador
celoso de su valor
resta gloria a su aventura.

Tú dilataste los mares
de un dorado imperio en pos.
Pusiste el trono de Dios
en latitudes dispares.
Tus virtudes seculares
el mundo entero ha cantado.

Y en el antiguo trazado
de una absurda geografía
diste nueva ruta al día
y leche al mar encrespado.

De la cuna de la aurora
trajiste perlas y flores
especies, sedas, colores
encanto nuevo de otrora.

Un viejo mar que te llora
allá en una isla distante
que aunque rige tu semblante
ya no es cada singladura
una jornada triunfante.

¡No importa! Toda fortuna
tuya en la cifra de entonces
lienzos, mármoles y bronces
le dan vigencia oportuna.

Tus glorias una por una
jalonan tu derrotero.
Y ante un mundo que insincero
se debate en la agonía
tú, como ayer, ¡Patria mía!
marchas con vuelo certero.

Rumbo de hispánicas huellas.
Rumbo de gestas gloriosas
que tiene aroma de rosas
y titileo de estrellas.

Rumbo sin curvas ni huellas
vértice rígido y pino
rama de tronco latino
raíz de ecumenicidad
fermento de hispanidad
magna unidad de destino.

Que Dios anude los soles
gloriosos de tu mañana,
que cante la lengua hispana
nuestra gesta de españoles
que bajo el sol te arreboles
y a la luz de tu arrebol,
tu antiguo Imperio del Sol,
pregone con gesto honroso
que lo más noble y hermoso
del mundo, es:¡ SER ESPAÑOL!

Igual que la Faloria de manfrodita, estos versos también los encontré en un cajón en Enguera. Esta vez también con papel reciclado mecanografiado pero con el membrete de mi tío Manuel Llorens Vera. No sé si es su autor pero me ha gustado leerlo y quiero compartirlo.

Son unos viejos versos, con algunas palabras difíciles de comprender. Por ejemplo, arrebol. Yo recuerdo que cantaba una canción que habalaba del arrebol y como no sabía su significado la busqué en el diccionario y por siempre recordé su significado, pero hay muchas personas que la desconocen.

El chiste como se puede ver es del inconfundible Mingote, que con su gracia nos habla de la inexistencia de España.